Arte y Vida

Arte y Vida

martes, 20 de septiembre de 2011

Estar en pausa me cansa.

Me agota las ideas. Me desgasta. Me consume.

Desde hace ya algún tiempo siento lo que Rilke nos cuenta en Cartas a un joven poeta (libro imprescindible para cualquier artista) cuando dice en su primera carta, escrita el 17 de febrero de 1903: "Escudriñe hasta descubrir el móvil que le impele a escribir. Averigüe si ese móvil extiende sus raíces en lo más hondo de su alma. Y, procediendo a su propia confesión, inquiera y reconozca si tendría que morirse en cuanto ya no le fuere permitido escribir. Ante todo, esto: pregúntese en la hora más callada de su noche: ¿Debo yo escribir? Vaya cavando y ahondando, en busca de una respuesta profunda. Y si es afirmativa, si usted puede ir al encuentro de tan seria pregunta con un "Sí debo" firme y sencillo, entonces, conforme a esta necesidad, erija el edificio de su vida. Que hasta en su hora de menor interés y de menor importancia, debe llegar a ser signo y testimonio de ese apremiante impulso. Acérquese a la naturaleza e intente decir, cual si fuese el primer hombre, lo que ve y siente y ama y pierde".

Necesito un algo, mis clases de Interpretación, por ejemplo, porque eso es mi cama elástica. Sin cama elástica salto pero me caigo y, como ya he dicho, me quedo sin ideas. Mis ganas de actuar, interpretar o como narices se diga empiezan ya a controlarme salvajemente. Pero las ganas de escribir se apagan. Por eso, por lo de la cama elástica.

Quiero ya empezar de nuevo, a ver cómo es la alfombra de este nuevo año. Sentirla y escribirla. Salir a escena y sentir es genial. Y tres meses sin sentir esa cosa rara que se siente son muchos meses.

Ay, qué raro me siento aquí en Zaragoza, aburrido, con mucho que hacer pero sin grandes ganas de hacerlo (sí, sí, por lo de la cama). ¡Quiero empezar otra vez! ¡Qué ansia! Os digo yo, peor que las drogas...

En fin, seguiré a Rilke cuando dice que "la paciencia lo es todo". Y me alimentaré mientras tanto de recuerdos e imágenes, como estas: Fringe Festival, en Edinburgh. Echadle un vistazo, no tiene pérdida.

Sergio

1 comentario:

  1. Realmente, no estoy de acuerdo con aquello de "la paciencia lo es todo". A veces, tener mucha paciencia nos perjudica porque pasamos demasiado tiempo esperando algo que luego quizás no llega, o nos defrauda al hacerlo. Y por otra parte, puede ofrecer resultados positivos también. Pero desde luego, no lo es "todo".

    Entiendo como te sientes, porque precisamente me sucede a mí también... y llega a conventirse en algo obsesivo. Pero, en fin, ahora ya estamos de nuevo en marcha con nuestras ilusiones y proyectos. ¡Y que no se apaguen nunca!

    Sigue haciendo posible este blog, tienes mucho talento, muchas ideas, y mucho que contar a la gente que te sigue. Espero que hayas tenido un buen comienzo de curso hoy.

    Un beso,

    Álex.

    ResponderEliminar