El arte no es un espejo para reflejar la realidad, sino un martillo para darle forma.
"Los antiguos maestros de las culturas europea y asiática podrían incluso gritarnos: Mirad nuestras creaciones. No se limitan a ser reproducciones de nuestras nimias vidas personales, de nuestros deseos o nuestros restringidos entornos propios. A diferencia de los artistas actuales nos olvidamos de nosotros mismos para convertirnos en servidores conscientes y activos de las imágenes de otro mundo. Es cierto que nos negamos a ser esclavos de esas visiones desorientadas. Pero las incorporamos a nuestro trabajo como una inesperada bendición. ¿Por qué creáis entonces tantos ejemplos de fealdad y enfermedad y tantas caóticas contorsiones? ¿No será sencillamente porque os preocupáis demasiado por vosotros mismos y no por vuestro arte?", dice Michael Chejov en su libro Sobre la técnica de la actuación.
No sé si llego a comprender bien este fragmento. Pero por lo que leo, bien dice que el artista que se "preocupa demasiado por sí mismo" crea como resultado "ejemplos de fealdad y enfermedad".
Sí es cierto que un artista que no escucha no puede tener la condición de artista. Es algo necesario. ¿De dónde, entonces, va a tomar el pintor, el escultor, el actor, etc. toda su creación? Poca sensibilidad debe tener un "artista" que no escucha y no comprende el entorno que le rodea.
Pero, dicho esto, ¿es necesario que el artista se olvide de sí mismo en tanto que existe para "servir" al arte? El simple hecho de pensar que una obra artística no puede existir sin un artista creador ya nos indica que el "arte" necesita de alguien para ser expresado. De ahí que sea imposible ver a dos Ofelia idénticas en la faz de la tierra, pues el artista hace uso de "su" imaginación para dar cuerpo a esa expresión no materializada. Y no hay dos imaginaciones iguales. Nunca.
Tampoco creo en el concepto de servidor o esclavo como sinónimo de artista o arte. Simplemente, arte y artista son dos esencias misteriosas que se asocian la una a la otra de una forma completamente mágica para el único hecho de materializar lo que anteriormente solo flotaba, tanto en la cabeza del artista como fuera de ella. Nos resulta muy fácil, no obstante, comprender la cabeza de un artista como creadora de una esencia flotante. Sin embargo, no nos resulta tan fácil comprender esa esencia flotante como un hecho objetivo, fuera de la cabeza del artista, que flota en armonía con la naturaleza a la espera de un medio de expresión. Y digo yo, ¿qué es la naturaleza si no arte? ¿Donde están arraigadas la mayoría de las obras de arte?
Resultados artísticos concebidos como prácticamente perfectos, como puede ser el David de Miguel Ángel, toman su esencia de lo más profundo de la naturaleza. Porque, aunque sea actualmente inconcebible, el hombre toma sus raíces como fruto de ésta. Pero, sin duda alguna, lo que hace que el David de Miguel Ángel sea tal cosa, no es solo su esencia artística objetiva (que también) sino la esencia artística subjetiva del creador, Miguel Ángel. Él, y nadie más, fue el encargado de coger el martillo por el mango y dibujar su realidad, la realidad del David.
Sergio
Gracias Miguel Ángel. Gracias Michael.
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