Como siempre, estamos equivocados.
Hasta qué punto llegan las convenciones sociales, los "estandarismos" y la estructuración histórica. Algo que nos afecta directamente en muchos aspectos de la vida y que, sin ir más lejos, nos hace bucear por una inmensa mentira.
¿Os suena el concepto "cuarta pared"? Separación, prácticamente física en algunos casos, de actor-espectador. ¿Y el concepto "ruptura de la cuarta pared"?
Nos creemos extremadamente contemporáneos y casi hasta revolucionarios cuando contemplamos una obra de teatro cuya cuarta pared es nula. Cuando se sale al público y se habla con él, o no se habla pero se tiene en cuenta (porque, queridos amigos, el público está queramos o no, y sin él no hay teatro) o cuando, en definitiva, la acción se desarrolla en un lugar que no es el escenario aunque no haya contacto con el espectador. Cuánto impresiona hoy en día, que hasta críticos teatrales son capaces de revolverse en su butaca cuando ven tal aberración.
Pero, si echamos la vista atrás, hacia los inicios del teatro (o, al menos, hasta Grecia y Roma, de donde tenemos las primeras fuentes claras), veremos que no era concebido el espectáculo sin una conexión entre el actor y el espectador. Durante el auge del período clásico griego, romano y, posteriormente, de la Edad Media, el actor interactuaba con el público, se hacía un arte conjunto donde el actor proponía y el espectador respondía. Incluso en la época isabelina y el Siglo de Oro español, Lope y Shakespeare creaban dramas a vista de un público que, sin ir más lejos, respondía a los actores, daba su opinión y creaba al actor un conflicto interior de qué hacer en según qué ocasiones, tras hacer un breve aparte especialmente dirigido al público. El público rodeaba el escenario a bocajarro, e incluso las grandes personalidades de la época tenían asiento en el propio escenario, sirviendo como objeto de consulta al actor (o, mejor dicho, personaje).
¿Cómo entonces hemos llegado a crear ese concepto de "cuarta pared"? Ya en el Renacimiento italiano, apasionados por las fuentes clásicas teatrales, tanto dramáticas como técnicas, dirigían su mirada hacia una evolución del edificio teatral, un paso de la construcción clásica a la construcción que las demandas teatrales de la época exigían. Y en un proceso gradual, eliminando según qué elementos e incorporando otros, llegaron a crear lo que hoy conocemos como "teatro a la italiana". Primer paso en la historia del teatro, creo yo, en que se sitúan dos espacios bien diferenciados, aclarando la posición del espectador en el teatro y la del actor.
Hago referencia a un teatro verdaderamente impresionante, inconcebible prácticamente para mí, donde la aplicación de la perspectiva teatral y demás elementos estaban rigiendo el panorama arquitectónico-teatral de la época. Teatro Olímpico de Palladio Scarmozzi.
Los que veis, es nada más y nada menos que la skene del teatro, con el frontón y tres aberturas diferentes. La abertura principal no es más larga que el pasillo de vuestra casa. Y ahí está presente la aplicación de la perspectiva. Para que os hagáis una idea, la largura de ese pasillo puede oscilar los 6 metros, de forma que, si el actor recorría todo ese pasillo principal hasta el final, la ilusión óptica hacía parecer al actor un gigante, por lo que realmente el único espacio que se podía usar eran los primeros metros del pasillo, simulando salidas hacia la ciudad o por el estilo, quedando el resto como uso exclusivo de decoración e ilusión.
Pero, por muy precioso que sea el teatro (pues realmente es algo impresionante), no deja de ser una creación que no hace sino dar un paso a un teatro más elitista, más restringido y más estructurado (separación actor-espectador). No obstante, este es mi vago punto de vista.
De todas formas, la gran separación de estas dos unidades no vendrá de la mano de nuestros amigos renacentistas, sino que se asentará más adelante, si no me equivoco hacia el germen realista.
Y la re-unión de tales unidades, como grandes revolucionarios que somos, vendrá de la mano del siglo XX.
¿No os produce un gran estado de nostalgia haber perdido, aun sin haber estado presente en el desarrollo, ese gran lazo entre actor y reactor? ¡Qué pena tan grande, pienso yo, no poder consultar al público!
Ahora sí, que consultar e interesarse por, no es ofertar tras la demanda. Es ofertar, y ya.
Sergio
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